viernes, 30 de noviembre de 2007

“Tiovivos”


La gran mayoría de nosotros hemos pasado buenos ratos montados en el tiovivo en las fiestas, deseando que el caballo en el que estábamos montados no dejara de girar. Y, ¿quién no recuerda en la película “Mary Poppins” la escena en la los caballos que montan la niñera, el deshollinador y los niños, salen del tiovivo y empiezan a galopar por campo a través y terminan en una carrera de caballos?

La primera referencia de la existencia de los tiovivos o carruseles es un bajo relieve del Imperio de Bizancio fechado hacia el año 500 d.c. En él se muestra un grupo de personas dentro de cestas suspendidas de un poste central. Este dispositivo puede considerarse como un mecanismo para el entrenamiento de la caballería; reforzando la preparación de los jinetes en la batalla al atacar con espadas de madrea a muñecos que representaban al enemigo. Los cruzados llevaron esta idea a los señores y reyes de Europa, donde se mantuvo en secreto dentro de los castillos y no eran mostrados al público en general.


Con el pasar de los años se construyeron unos pequeños carruseles que fueron instalados en los jardines privados de la realeza. Al poco tiempo, con toda la pompa que existía por esa época en Francia, se armó un gran aparato que fue colocado en París en Le Place du Carrousel. Con el desarrollo de las uniones de artesanos y la relativa liberación de los oficios en Europa, a principios del siglo XIX se estaban construyendo tiovivos y se estaban operando en distintas ferias y otras reuniones en la Europa Central y en Inglaterra.


En Bosque Mitago puedes encontrar distintos tipos de figuras de tiovivos, tanto para niños como para adultos.


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